Por:
JULIO OPORTO HERENCIA
¿Es ofensivo llamar personas especiales a los que padecen
el trastorno del síndrome de down?
UN EJEMPLO DE SUPERACIÓN
El tener habilidades diferentes, no te hace menos que
nadie, puesto que no dificulta en nada.
Por el contrario, brinda una satisfacción moral al demostrar que las
diferencias no existen.
Bryan es un joven que a pesar de sus dificultades especiales
ingresó a la USIL (universidad San
Ignacio de Loyola), producto de su entrega y ganas de sobresalir.
Bryan Russel Mujica, es la primera persona con habilidades
diferentes que ingresa a una Universidad en el Perú, y comprende que no es un
chico como cualquier otro, como también sabe que nada es un impedimento para
él.
Con solo 20 años, lucha por los sueños de ser profesional,
ingresó a la facultad de Comunicaciones de la USIL por examen ordinario, junto a cientos de
jóvenes que no tienen las limitaciones que él sobrelleva. Su ingreso en el
2011 sorprendió a muchos, dándonos una lección de vida y demostrando que si los
objetivos son vistos con perseverancia, todo es posible. “Nadie creyó que
ingresaría, pero cuando me tomaron el examen en mi colegio, ingresé junto a varios de mi
salón. En ese momento supe que el sueño continuaba”, señala Bryan, mientras
recuerda con alegría ese inolvidable momento. Su optimismo está reflejado en su
rostro achinado y su risueña sonrisa, pero su semblante cambia cuando obtiene
una mala nota y saca a relucir su perfil de alumno responsable, su expresión
sensible se transforma cuando cree injusta una calificación. Ya va por su tercer
año y sueña con trabajar en la televisión, para verse como un
ejemplo a seguir para todas las personas que tienen síndrome
de down en el Perú, pero sin duda ya lo es.
Pero todo no es felicidad para él, debe llevar sobre sus
hombros las miradas de personas que no comprenden, sus logros, el ciclo pasado
alcanzó el tercio superior, pero él no le da importancia a los comentarios
negativos más bien nos cuenta que lo motivan a seguir demostrando que puede
tener una vida plena, y ser como todos. “Tener síndrome de Down e ingresar a
una universidad es demostrarle a todos de lo que somos capaces”, comenta Bryan
con voz enérgica.
Cuando llega a la Universidad, basta con caminar unos metros
para demostrarnos su capacidad de hacer amigos, saludos interminables a lo
largo de los pasillos, donde se ha vuelto querido y admirado por todos, por su
sencillez y ternura. Y es que si las personas con habilidades diferentes son
conocidas por su ternura, sumémosle a ello la capacidad que tiene Bryan para
socializar con el resto.
Con la fuerza de su
entusiasmo y el apoyo de sus maestros, Bryan ha logrado cursar la carrera como
un excelente alumno, sin limitaciones, con la esperanza de graduarse y ejercer
su tan querida profesión.
Un
niño con síndrome de Down, es una persona que vive sin la preocupación de ser
aceptados por las demás.
Es
por eso que ellos tienen una gran autoestima, puesto que no les interesa la
aprobación de nadie, para ellos, todo en la vida es una celebración, aprenden
mientras disfrutan lo que son.
Tener
síndrome de Down no dificulta en nada, al contrario da una satisfacción moral, porque
brinda la oportunidad de demostrar que cuando un ser humano tiene las mismas
condiciones que otro (amor, educación, aceptación, etc) las diferencias no
existen.
Los niños
en igualdad de condiciones, son totalmente productivos, sin importar las
habilidades o limitaciones que cada uno tenga. Ya que aquellos que no lograron destacar como
profesionales, o personas socialmente adaptadas, fue porque no recibieron el
apoyo y a su vez la equidad de condiciones como cualquier otro niño.
Simplemente
tener síndrome de Down, no te hace menos que nadie.
LLAMAR
“PERSONA ESPECIAL” A UNA PERSONA CON
SÍNDROME
DOWN.
“Persona
especial”, “Down” y “mongolo” son los adjetivos más frecuentes que se usan
para referirse a una persona con síndrome down.
Si usted
alguna vez tildó a una persona con síndrome Down como una “persona especial”
ese concepto es erróneo, ya que se comprendería como una persona que se le debe
cuidar y proteger siempre, la única diferencia es que los padres velaran
porque sus habilidades se desarrollen a plenitud.
“Down” es
el término que muchas personas usan sin darse cuenta que es ofensivo porque los
minimiza como personas con menos habilidades cuando ellos podrían tener más habilidades
que cualquier persona.
“Mongolo”
o “mongolito” lo usan los niños y jóvenes para referirse de forma ofensiva y
agresiva, lo hacen para usarlo como insulto buscando ridiculizar o minimizar a
la persona.
La mejor
manera de referirnos es “persona con necesidades especiales” o persona con
síndrome Down, no suena ofensivo ni minimizado, tampoco se busca dar a
comprender que son personas inferiores a otras.
La persona
con síndrome Down no es un problema, los padres deben estar preparados para
poder afrontar una situación distinta. El único problema son las posibles
complicaciones de salud como cardiopatías o ano imperforado.
El
síndrome Down no es una enfermedad, no existe rehabilitación alguna, lo que si
hay son programas de estimulación que buscaran aumentar habilidades que posea
cada persona con este síndrome para poder llevar una vida a plenitud
CECILIA
SALAZAR: “SE BUSCA REALIZAR INCLUSIÓN ENTRE LOS NIÑOS Y EDUCARLOS PARA NO
DISCRIMINAR.”
En una entrevista a la psicóloga Cecilia Salazar, directora
del centro educativo inicial “Aprendiendo Juntos”, logramos conocer sobre su
innovador proyecto de educar a los niños para no discriminar a otros por
diferencias genéticas.
¿En qué consiste su proyecto?
Consiste en que los niños con síndrome Down estudien y
socialicen en mi centro educativo con otros niños que no son como ellos, así
aprenderán a tolerarse y ver que podrán tener diferencias pero que sí se puede
convivir en armonía.
¿Por qué arriesgar en un proyecto así?
Porque vemos que no hay muchas oportunidades para ellos y
tenemos a cuatro niños con síndrome Down estudiando aquí y ellos se han
socializado sin ninguna dificultad. También vemos que ellos tienen una
personalidad marcada y si ellos se socializan solo con niños con síndrome de
Down solo imitarán actitudes y eso los llevará a un círculo vicioso, lo que
nosotros buscamos es que la sociedad vea que ellos no son ninguna carga y ellos
también pueden triunfar.
¿Tiene alguna anécdota con los niños?
Muchas, pero una me encanta, un niño con síndrome Down que
está desde el año pasado aquí, se llama Gonzalo y recuerdo que un día se cayó
en el baño porque el piso estaba mojado, cuando él se cayó los niños fueron a
verlo, algunos se burlaron como cualquier niño lo haría y otros buscaron socorrerlos,
yo hablé con él, le dije que tenga mucho cuidado y desde ese día cuando él ve
niños más pequeños que él busca cuidarlos y les aconseja que tengan mucho
cuidado al caminar.
¿Cuál es la finalidad de su proyecto?
Lo que yo busco es crear conciencia, abrir pasos a estos
niños para que gocen de más oportunidad y ante todo que los padres estén listos
si más adelante tienen un niño con síndrome Down.
Así como hay padres que han comprendido su proyecto, ¿Qué
dicen los padres que aún no apoyan el proyecto?
Lamentablemente, han retirado a sus hijos, han sido pocos
pero han realizado eso. Este proyecto lo manejo desde el año pasado, lo
plantee en marzo y lo expuse a los padres en junio pero algunos estaban en
desacuerdo y decidieron retirar a sus hijos porque se iban a atrasar en la
enseñanza, solo me indicaron que sus hijos eran niños “normales” y merecían una
educación completa.
Y los padres que la apoyaron ¿Qué le dijeron?
(Risas) Algunos me dijeron que me iban a apoyar hasta que
dure esta locura, otros me animaban a salir adelante con este proyecto y me
pedían que busque difundirlo a otros centros educativos pero es algo
complicado, así que primero lo inicio y lo puliré en mi centro luego si se
puede lo compartiré.
Sí, pero eso ya depende de cómo se maneje sus derechos en
la sociedad, es hora que ya no los ignore, es hora que los ayuden, que no
traten porque siempre escucho que tratan sino que busquen ejecutarlo y que ellos
a futuro pueden estudiar en alguna universidad y/o instituto superio
¿EXISTEN
DERECHOS LABORALES PARA PERSONAS CON SÍNDROME DOWN?
Manuel
Arrasco, líder de la Sociedad Peruana de Síndrome de Down (SPSD), defiende la
obligación de las empresas privadas, que cuentan con más de 50 trabajadores, a
destinar como mínimo el 3% de su planilla a contratar a trabajadores con alguna
discapacidad.
De acuerdo
con Arrasco, desde hace décadas las cuotas laborales se han adoptado en
Europa, África, Asia y América. Países de la región como Brasil, Ecuador y
Argentina las tienen y cumplen con dicha Ley.
Estas
medidas son para favorecer la inclusión de las personas con síndrome de Down y
otras discapacidades. Son consideradas por la Organización Internacional de
Trabajo (OIT) como positivas pues brindan oportunidades y trabajo decente a
estas personas discapacitadas.
Pese a
estos argumentos, la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales
Privada (Confiep) ha criticado la norma, pues considera que elevaría los costos
de las empresas.
Para
la Sociedad Peruana de Síndrome de Down, lo que hace falta es que el Estado
mejore la formación laboral de este tipo de trabajadores, que son un promedio
de 3 millones en nuestro país.
NO ES DIFICIL LOGRARLO
Bryan Russel Mujica ha sido distinguido en innumerables
ocasiones y es un símbolo para las personas con síndrome de Down en el Perú:
corrió junto a Ollanta Humala los Cinco Kilómetros por la Integración y
acompañó al ex viceministro de Educación, Idel Vexler Talledo, en el Congreso
de La República cuando distinguieron al funcionario por su notable gestión a
favor de la educación inclusiva en el país.
Los ojos del Perú están puestos en Bryan porque está por
lograr lo que nadie con habilidades diferentes logró en este país: ser
profesional. Estamos seguros de que lo logrará, porque es suficiente conocerlo
para contagiarse de su perseverancia, su ánimo y sobre todo de su ejemplo.
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