Bajo el Umbral

Así como el mínimo destello de luz en la oscuridad cruza el umbral de la percepción y estimula al ojo humano para su registro, en el periodismo, sólo es necesaria una pizca de información para investigar lo que aún está oculto, lo que está “Bajo el Umbral”.

domingo, 6 de julio de 2014

El buen morir




El buen morir
Por Brenda García
¿A quién pretende ayudar la eutanasia? ¿Al enfermo o a los que deciden su muerte? ¿Se han puesto a pensar en la responsabilidad de la muerte de un ser querido?

La eutanasia o "la acci
ón médica de provocar la muerte del paciente" como lo llama la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una elección polémica que disgusta a muchas personas. Hay quienes están a favor de la eutanasia porque sus familiares están en estado vegetal o con una enfermedad terminal y los que no, porque piensan que es una falta contra la ética y la moral de la medicina.
En el caso de la distanasia, se recalca en que no se quiere seguir alargando el sufrimiento del paciente valiendo el parecer del médico, de los familiares y del enfermo mismo. Existen dos formas de realizar esta acción: Directa, cuando se le inyecta una medicina letal al enfermo e indirecta cuando se le deja un soporte básico para que el paciente sobreviva. En los países como Holanda y Bélgica, la eutanasia es legal.
Stephen Hawking confesó que fue conectado a un respirador artificial tras padecer de neumonía y su primera esposa quería optar por apagar la máquina, pero él se negó. "Las personas que padecen una enfermedad terminal y sufren mucho dolor deberían tener el derecho de ponerle fin a su vida" dijo el físico británico en una entrevista a la BBC.

¿Porqué NO a la eutanasia?
¿Merece vivir una persona anciana con cáncer generalizado que no puede valerse por sí misma? ¿Vale la pena asistir a los minusválidos teniendo en cuenta que su productividad es casi nula?
Muchos responderán sí, otros no. Pero seamos sinceros: La vida del más débil queda en manos del más fuerte. "Mi vida es mía, nadie puede decidir sobre ella si no soy yo" dice Hans estando claramente en contra. Su esposa, Lucía, responde: "Tengo derecho a vivir y a la vida, pero en casos terminales, nadie me puede obligar a vivir" pareciendo estar a favor.
La afirmación de Lucía, y de otras personas que quizás piensen igual, puede llevar a la justificación de lo que se llama "derecho a la muerte digna". El sufrimiento es un mal y es parte de la vida y aunque se debe luchar por acabar con él, el fin no justifica los medios.


La iglesia en contra
La iglesia y la religión está en desacuerdo porque su pensamiento es que la muerte y el sufrimiento es lo que todo ser humano debe pasar en sus últimos días en la Tierra y ese dolor representa a la cruz que debe llevar todo cristiano al igual que Jesús que llevó su cruz y sufrió para el perdón de todos los pecados.

La eutanasia puede sonar un poco inmoral por parte de la iglesia. Bien decía Albert Einstein que la fe y los principios religiosos no deben ser sometidos a análisis científicos ni matemáticos.
La iglesia debe ocuparse de su parte religiosa y la ciencia debe ocuparse con el avance de la humanidad. La cuestión es vivir, no sobrevivir. Tenemos que entender que la salud es el bienestar físico y psíquico. La mente al igual que el paracaídas funciona solo cuando está abierta.
Para ellos la eutanasia es un homicidio pues un hombre causa la muerte de otro hombre mediante la suministración de una medicina letal que acaba con la vida de un ser humano. Este acto es una grave violación a la Ley de Dios en cuanto a la eliminación deliberada y moralmente inaceptada de una persona humana, recalca José Luis Fernández-Castañeda, parroco de la Iglesia San Pedro.
 
Niños
La eutanasia en los niños se presenta como una prolongación del aborto: si el niño no sufre ninguna enfermedad durante el embarazo, existe otra oportunidad para suprimirle la vida. Bélgica es el primer país en el mundo en legalizar la eutanasia sin límite de edad.
Es un acto de maldad. La vida de un enfermo no es indigna y no debe ser eliminada. Lo que hace Bélgica es desautorizar la libertad de un ser humano afirma José Luis Pacheco De la Cruz, profesor de la Universidad Científica del Sur y médico especialista en medicina legal.
Esa ley prevé que esa tarea le corresponde a un psicólogo, al médico y a los padres del niño. El psicólogo decidirá si el niño está o no en la capacidad de entender y de aceptar la eutanasia. ¿Será posible que un psicólogo pueda determinar que un niño pida de manera lúcida una inyección letal?
Los doctores de ese país utilizan fármacos que no alteran el nivel de conciencia o también recurren a la sedación paleativa, es decir, dormir profundamente al paciente y cancelar la percepción de sufrimiento. Aquí los padres deben dar su consentimiento para el uso de dicha inyección.
Parece increíble confiar a los padres el cargo de consentir la muerte de su propio hijo. Es un acto que no solo mata sino que destruye el vínculo entre las personas.
Ayer eran enfermos de edad avanzada a punto de morir, hoy son los niños. Tal vez mañana sean los enfermos de Alzheimer u otra enfermedad mental. Aún sigue en tela de juicio este cuestionamiento de quién es  el dueño y determinante de la vida del hombre, Dios, el Estado o uno mismo.


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario