BAJO LA SOMBRA DEL OLVIDO
Por: Shirley Diaz
Si
usted olvida con frecuencia cepillarse los dientes, peinarse o falla en
reconocer personas, cosas y lugares tenga cuidado son los principales síntomas
del Alzheimer.
Marisol,
una profesora de secundaria, de 55 años, fue llevada a consulta por su hijo,
pues sus olvidos aumentaban cada vez más, sus colegas le habían informado a su
hijo que ya no hacia bien sus clases y su conducta había empezado a cambiar.
Cuando
empezó a tener dificultades para enseñar, ella pensó que era porque el
contenido de los curso habían sido modificados. Después empezó a preocuparse
porque cuando dictaba clases a veces no encontraba las palabras para explicar o
decir lo que quería sobre el tema y no se acordaba de algunas cosas que tenía
que enseñar.
A
la familia le llamó la atención comentarios de colegas sobre clases mal
dictadas, antes ella había sido calificada muy bien. También observaron que en
dos oportunidades se había desorientado en lugares.
En
casa habían problemas porque no recordaba donde ponía su dinero y culpaba a los
demás, entonces se ponía irritable, desconfiada.
Además
perdía con frecuencia sus objetos, llaveros, celular, y pasaba mucho tiempo
buscándolos. Después de varias evaluaciones se confirmó que Mary, como la llamaban,
tenía Alzheimer.
Según
el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas, uno de cada doce peruanos
mayores de 50 años padece esta enfermedad.
Este
mal se presenta en la mayoría de los casos en mujeres de avanzada edad. Sin
embargo, los jóvenes también son propensos a padecerlo, cuando aparece mutado
un gen PSEN1, pues el riesgo es mayor si es hereditario.
Este
mal funcionamiento del cerebro se manifiesta con enfermedades como el olvido,
la amnesia o pérdida de la capacidad productiva.
Es
decir, que los pacientes languidecen al principio de olvidos leves, los cuales
pueden confundirse muchas veces con cambios en la memoria asociados con la
edad.
Luego,
los síntomas se notan con mayor facilidad y se agravan de tal forma que los
pacientes busquen ayuda médica.
Las
falla en la memoria o los olvidos interfieren con las actividades diarias, lo
que con el tiempo genera la agresividad. Al final, los pacientes necesitan de
un cuidado permanente.
“La enfermedad es progresiva y ocasiona
grave perturbación en las familias de las personas que la padecen al
convertirse con el paso de los años en un mal que genera una dependencia casi
total del enfermo”, explicó el doctor
Carlos Bromley de la Dirección de Salud
Mental (DSM).
La
evolución de este mal y la rapidez con que ocurren los cambios varían según la
persona.
COMER BIEN
La
buena y sana alimentación balanceada ricas en proteínas y vitaminas, con sus
respectivos ejercicios puede ayudarnos a mantener activa la memoria por más
años, acotó el neurólogo Danilo Sánchez Coronel, del Instituto Nacional de
Ciencias Neurológicas.
“El consumo de nutrientes como el pescado, carne, huevo, queso, verduras
y frutas, aportan al buen funcionamiento del cerebro u evita su deterioro”, afirmó.
Asimismo,
aconsejó que se realicen chequeos preventivos, como un examen neurológico y
evaluación cerebral, para obtener un diagnostico precoz y retrasar el
desarrollo de este mal.
Por
otro lado añadió que la obesidad agrava
el déficit cognitivo y las lesiones cerebrales asociadas al Alzheimer.
¿COMO NO OLVIDAR?
Según
los especialistas las técnicas para un mejor rendimiento de las funciones
cognitivas de nuestro cerebro son resolver crucigramas, sudokus, armar
rompecabezas y memorizar números telefónicos.
También,
leer en voz alta, comentar y resumir lo leído, conversar de temas variados y
menos rutinarios, cambiar de ruta en sus recorridos diarios y enfrentar tareas
nuevas.
Pues
esto fortalecerá el cerebro, que consiste en ejercicios mentales que pueden
practicarse en cualquier momento.
Todo
esto debe basarse en un compromiso estricto, para lograr el objetivo,
acompañada de una alimentación adecuada y rendimiento físico.
Por
último, este mal afecta al cinco por ciento de las personas mayores de 65 años en el mundo, y tiene como efecto la
pérdida de memoria de manera desigual, según la Organización Mundial de la
Salud (OMS)
“La causa más común de muerte del
paciente que padece esta patología por lo general son problemas pulmonares e
infecciones urinarias”, indicó Néstor Saavedra Ríos,
especialista en neurología.
El
círculo social y la edad del paciente, los problemas gastrointestinales podrían
ser frecuentes por la carencia de nutrientes, pues el organismo deja de recibir
nutrientes, lo que va debilitándolo.
Aun
no existe una cura para esta enfermedad, pero hay indicios de un gran paso
hacia ella, por ahora solo queda prepararnos psicológicamente y disfrutar cada
día como si fuese el último. Vivamos sanos y felices. Pues las enfermedades no
discriminan a nadie.
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