Un alto al acoso
Por: Keiko La Torre Yui
Mitos y verdades sobre el acoso callejero
Yo tenía entre 8 y 9 años cuando ocurrió todo estaba en
el bus para irme a mi colegio. Y siento que algo me estaba rosando por un momento pensé que era un paquete, pero luego cuando
baje mi falda estaba medio subida y escuche la risa de un hombre, manifesto
Melina Morales.
¿Culpa
de las mujeres?
“ella se lo busco”, “como mujer, no puedes exponerte” ”,
“no me pidas que me controle, soy solo un hombre”. Estas son algunas de las frases
que resumen una pauta muy arraigada en las sociedades latinoamericanas y no
solo en ellas también lo podemos en el Perú, donde la situación se agrava aún más:
ya que se cree que la culpa la tiene la mujer. Frente a cualquier agresión
sexual que pudiera sufrir, y que se sostienen en el estereotipo de
irresponsabilidad sexual masculina: la imagen de un hombre incapaz de controlar
sus deseos sexuales.
Por
otro lado ello se reproduce en todos los ámbitos y por diversos agentes, y las
mujeres no están exentas de responsabilidad en este juego tanto asi que madres
piden a sus hijas que se vistan recatadamente para “no provocar a los hombres”
, compañeras de escuela que llaman “puta” a aquella muchacha que suele llamar
la atención de sus compañeros. Conductoras de televisión que dicen que la culpa
del acoso callejero la tienen las mujeres , por “provocar el instinto salvaje
del varon”.
Para,
Elizabeth Vallejo, Docente del Departamento Académico de Ciencias Sociales y
coordinadora del Observatorio Paremos el Acoso Sexual Callejero de la PUCP.
“Este es un sistema que privilegia abiertamente a los
agresores, pero del que muchas mujeres se han vuelto cómplices, y, sin saberlo
van poniendo fuego a la misma hoguera a la que alguna vez serán arrojadas con
el rótulo de “culpable”. Por tanto toda mujer es vista potencialmente como una
provocadora, inclusive aquella que llamando “puta” a otra mujer cree que
conseguirá los favores o lealtades del agresor. Pero recuerden algo el agresor se ve a si mismo como un animal
salvaje, dice no tener control sobre sí, se describe a sí mismo como un animal,
y un animal, cuando tiene hambre, no conoce de fidelidades”, manifestó la
docente y coordinadora.
Ministerio
y congreso unidos
Según informo la ministra de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables , Carmen Omonte se presentara ante el consejo de ministros el
proyecto de ley que tipifica como delito el acoso sexual callejero. Además
indico que de ser aprobada dicha propuesta , pasara a ser debatida en el
Congreso de la Republica, donde se sumara a otros proyectos similares como el
presentado por la congresista Rosa Mavila.
"Tenemos una campaña en colegios dirigida a los
menores y con los municipios buscamos desarrollar modelos de ordenanza, a la
par que conversamos con las empresas de transporte y la Policía Nacional para
capacitarlos sobre cómo atender estos casos", resaltó Omonte.
En vista de que se trata de un problema antiguo en el
mundo, este tema se puso en el tapete en el Perú a raíz de la denuncia pública
hecha por la actriz Magaly Solier , quien sufrio una situación de este tipo en
El Metropolitano.
Es por eso que desde ese momento, se ha visto un
incremento de las denuncias hechas contra acosadores sexuales en combis, buses
del metropolitano y en el Metro de Lima u otro tipo de medio de transporte
masivo.
Algunas
ideas
“No existe ninguna justificación apropiada
para que un varón le dedique una frase inoportuna a una mujer cuando pasa por
la calle. Ni su belleza, ni su forma de caminar o lo que lleve puesto encima es
una invitación a que cualquier persona le hable sin que ella lo permita”, manifiesta
la psicóloga Rosario Sasieta.
Esto debido al drama que tuvo que soportar Isabella a
diario por las impertinencias de muchos
varones en la calle. Es llamado impertinencia porque no existe aun
ninguna tipificación a estos mal llamados “piropos” que algunas personas
propinan sin medir sus consecuencias.
“Claro, es muy difícil probar que una persona le faltó el
respeto a una mujer a falta de testigos, o que las comisarías se llenen de
denuncias por frases subidas de tono o gestos impropios. Pero creo que se puede
recurrir a salidas adecuadas con ayuda de las Municipalidades y de los sitios
que albergan muchos trabajadores varones que suelen, escondidos en la valentía
del grupo, envalentonarse ante una mujer sola y decir una sarta de vulgaridades,
agrego.
Por otro lado con el boom de la construcción, en toda la
capital existen innumerables sitios donde los trabajadores les faltan el respeto a muchas mujeres. Puede
entonces la Municipalidad, por ejemplo,
firmar una carta de compromiso con la
constructora que los emplea, para que se obliguen a poner fin a esta situación
y que estas construcciones sean sitios seguros y libres de acoso callejero para
las mujeres.
Asimismo no existe tipificación de un delito, pero si
compromiso de las autoridades y de los empresarios para que de una vez se ponga
fin al problema. Ya que faltarle el respeto a una mujer no es gracioso, tampoco
lo es acercarle el rostro, seguirla, intentar tocarle o tomarle fotos.
“Proponer proyectos de ley para sancionar estos actos
llevará tiempo, generará debate y controversia. Implementar juzgados o cárceles
intermedias es poco probable y costoso. Incluso, dirán los criticones de
siempre que es demagógico e innecesario, pero podemos dar soluciones inmediatas
que frenen o disminuyan este problema que es de todos los días y afectan a un
gran sector de compatriotas.La solución se basa en el compromiso y la
sensibilización. Eso podemos empezarlo a trabajar de inmediato, ¿Qué estamos esperando?”,
finalizo Sasieta.
No
solo ocurre en el Peru
“La capucha y los auriculares son su escudo de cada día”,
dice un afiche que llama la atención sobre cómo este tipo de acoso condiciona la manera de vestir de mujeres y
niñas; mientras otro muestra cómo este mismo tipo de agresiones las obliga a
cambiar su recorrido o temer circular solas por las calles.
La iniciativa pertenece a la organización “Acción Respeto:
por una calle libre de acoso”. “Desde edades tempranas todas las mujeres son
objeto de este tipo de comentarios agresivos e intimidantes, prácticamente
todos los días de su vida. Esa es la realidad de muchísimas mujeres en su vida
diaria”, dice Acción Respeto en su perfil de Facebook.
En un estudio practicado a 811 mujeres realizado en el
año 2008 por Stop Street Harassment en las phillipinas , casi una de cada
cuatro niñas de 12 años habían experimentado acoso en la calle y casi el 90% de
las de 19 años. La encuesta demostró además que, mientras las víctimas del
acoso callejero son preferentemente las adolescentes y jóvenes de menos de 30
años, la probabilidad de que esto ocurra nunca desaparece a lo largo de la vida
de una mujer.
Por otro lado la coordinadora de la filial argentina de
la asociación internacional “Hollaback” contra el acoso callejero, Inti
Tidball, explicó que esta práctica es una forma de “micromachismo”, entendido
como “forma cotidiana y naturalizada” de tratar a la mujer como objeto.
Para Tidball, los mal llamados “piropos” no son parte del folclore sino
que estas prácticas son globales y se entroncan con la historia de la
humanidad, que en algún momento relegó a la mujer a una posición de
subordinación.
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