Bajo el Umbral

Así como el mínimo destello de luz en la oscuridad cruza el umbral de la percepción y estimula al ojo humano para su registro, en el periodismo, sólo es necesaria una pizca de información para investigar lo que aún está oculto, lo que está “Bajo el Umbral”.

lunes, 7 de julio de 2014

Un alto al acoso



Un alto al acoso



Por: Keiko La Torre Yui
Mitos y verdades sobre el acoso callejero
Yo tenía entre 8 y 9 años cuando ocurrió todo estaba en el bus para irme a mi colegio. Y siento que algo me estaba  rosando por un momento  pensé que era un paquete, pero luego cuando baje mi falda estaba medio subida y escuche la risa de un hombre, manifesto Melina Morales. 


¿Culpa de las mujeres?

“ella se lo busco”, “como mujer, no puedes exponerte” ”, “no me pidas que me controle, soy solo un hombre”. Estas son algunas de las frases que resumen una pauta muy arraigada en las sociedades latinoamericanas y no solo en ellas también lo podemos en el Perú, donde la situación se agrava aún más: ya que se cree que la culpa la tiene la mujer. Frente a cualquier agresión sexual que pudiera sufrir, y que se sostienen en el estereotipo de irresponsabilidad sexual masculina: la imagen de un hombre incapaz de controlar sus deseos sexuales.
Por otro lado ello se reproduce en todos los ámbitos y por diversos agentes, y las mujeres no están exentas de responsabilidad en este juego tanto asi que madres piden a sus hijas que se vistan recatadamente para “no provocar a los hombres” , compañeras de escuela que llaman “puta” a aquella muchacha que suele llamar la atención de sus compañeros. Conductoras de televisión que dicen que la culpa del acoso callejero la tienen las mujeres , por “provocar el instinto salvaje del varon”.
Para, Elizabeth Vallejo, Docente del Departamento Académico de Ciencias Sociales y coordinadora del Observatorio Paremos el Acoso Sexual Callejero de la PUCP.


“Este es un sistema que privilegia abiertamente a los agresores, pero del que muchas mujeres se han vuelto cómplices, y, sin saberlo van poniendo fuego a la misma hoguera a la que alguna vez serán arrojadas con el rótulo de “culpable”. Por tanto toda mujer es vista potencialmente como una provocadora, inclusive aquella que llamando “puta” a otra mujer cree que conseguirá los favores o lealtades del agresor. Pero recuerden algo  el agresor se ve a si mismo como un animal salvaje, dice no tener control sobre sí, se describe a sí mismo como un animal, y un animal, cuando tiene hambre, no conoce de fidelidades”, manifestó la docente y coordinadora.
 

Ministerio y congreso unidos
Según informo la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables , Carmen Omonte se presentara ante el consejo de ministros el proyecto de ley que tipifica como delito el acoso sexual callejero. Además indico que de ser aprobada dicha propuesta , pasara a ser debatida en el Congreso de la Republica, donde se sumara a otros proyectos similares como el presentado por la congresista Rosa Mavila. 
"Tenemos una campaña en colegios dirigida a los menores y con los municipios buscamos desarrollar modelos de ordenanza, a la par que conversamos con las empresas de transporte y la Policía Nacional para capacitarlos sobre cómo atender estos casos", resaltó Omonte.



En vista de que se trata de un problema antiguo en el mundo, este tema se puso en el tapete en el Perú a raíz de la denuncia pública hecha por la actriz Magaly Solier , quien sufrio una situación de este tipo en El Metropolitano.





Es por eso que desde ese momento, se ha visto un incremento de las denuncias hechas contra acosadores sexuales en combis, buses del metropolitano y en el Metro de Lima u otro tipo de medio de transporte masivo. 


Algunas ideas
No existe ninguna justificación apropiada para que un varón le dedique una frase inoportuna a una mujer cuando pasa por la calle. Ni su belleza, ni su forma de caminar o lo que lleve puesto encima es una invitación a que cualquier persona le hable sin que ella lo permita”, manifiesta la psicóloga Rosario Sasieta.
Esto debido al drama que tuvo que soportar Isabella a diario por las impertinencias de muchos  varones en la calle. Es llamado impertinencia porque no existe aun ninguna tipificación a estos mal llamados “piropos” que algunas personas propinan sin medir sus consecuencias. 


“Claro, es muy difícil probar que una persona le faltó el respeto a una mujer a falta de testigos, o que las comisarías se llenen de denuncias por frases subidas de tono o gestos impropios. Pero creo que se puede recurrir a salidas adecuadas con ayuda de las Municipalidades y de los sitios que albergan muchos trabajadores varones que suelen, escondidos en la valentía del grupo, envalentonarse ante una mujer sola y decir una sarta de vulgaridades, agrego. 


Por otro lado con el boom de la construcción, en toda la capital existen innumerables sitios donde los trabajadores les  faltan el respeto a muchas mujeres. Puede entonces  la Municipalidad, por ejemplo, firmar una carta  de compromiso con la constructora que los emplea, para que se obliguen a poner fin a esta situación y que estas construcciones sean sitios seguros y libres de acoso callejero para las mujeres.

 
Asimismo no existe tipificación de un delito, pero si compromiso de las autoridades y de los empresarios para que de una vez se ponga fin al problema. Ya que faltarle el respeto a una mujer no es gracioso, tampoco lo es acercarle el rostro, seguirla, intentar tocarle o tomarle fotos. 



“Proponer proyectos de ley para sancionar estos actos llevará tiempo, generará debate y controversia. Implementar juzgados o cárceles intermedias es poco probable y costoso. Incluso, dirán los criticones de siempre que es demagógico e innecesario, pero podemos dar soluciones inmediatas que frenen o disminuyan este problema que es de todos los días y afectan a un gran sector de compatriotas.La solución se basa en el compromiso y la sensibilización. Eso podemos empezarlo a trabajar de inmediato, ¿Qué estamos esperando?”, finalizo Sasieta.
 

 
No solo ocurre en el Peru
“La capucha y los auriculares son su escudo de cada día”, dice un afiche que llama la atención sobre cómo este tipo de acoso  condiciona la manera de vestir de mujeres y niñas; mientras otro muestra cómo este mismo tipo de agresiones las obliga a cambiar su recorrido o temer circular solas por las calles.
  
La iniciativa pertenece a la organización “Acción Respeto: por una calle libre de acoso”. “Desde edades tempranas todas las mujeres son objeto de este tipo de comentarios agresivos e intimidantes, prácticamente todos los días de su vida. Esa es la realidad de muchísimas mujeres en su vida diaria”, dice Acción Respeto en su perfil de Facebook.

  

En un estudio practicado a 811 mujeres realizado en el año 2008 por Stop Street Harassment en las phillipinas , casi una de cada cuatro niñas de 12 años habían experimentado acoso en la calle y casi el 90% de las de 19 años. La encuesta demostró además que, mientras las víctimas del acoso callejero son preferentemente las adolescentes y jóvenes de menos de 30 años, la probabilidad de que esto ocurra nunca desaparece a lo largo de la vida de una mujer.


Por otro lado la coordinadora de la filial argentina de la asociación internacional “Hollaback” contra el acoso callejero, Inti Tidball, explicó que esta práctica es una forma de “micromachismo”, entendido como “forma cotidiana y naturalizada” de tratar a la mujer como objeto.


Para Tidball, los mal llamados “piropos” no son parte del folclore sino que estas prácticas son globales y se entroncan con la historia de la humanidad, que en algún momento relegó a la mujer a una posición de subordinación.
 


 
 
 

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