Por Victor
Cervantes
SENTENCIA
MORTAL
Cuando el límite entre la vida y la muerte desaparece, el lado inhumano de la
sociedad respalda a la justicia en son de venganza y el Estado es el verdugo.
¿Se imagina una
sociedad donde se aniquile a los homicidas para prevenir más muertes?Definitivamente, es una abominación, pero es lo que hoy
sucede en algunas partes del mundo. El Estado ejecuta a criminales como castigo
de un delito establecido en su legislación.
La indignación hacia los asesinos, los sicarios, los
violadores de menores, es inevitable. El proceder de los psicópatas, homicidas
y pedófilos genera tal rechazo que el ciudadano de a pie puede llegar a la
conclusión de que la sociedad sería mejor si los delincuentes fueran eliminados.
Los simpatizantes de la pena capital opinan que su
realización reduce el delito, previene su repetición y es una forma de castigo
para el asesinato. Por otra parte, los detractores argumentan que no reduce el
crimen en mayor medida que la cadena perpetua.
¿Se imagina una sociedad donde se aniquile a los hombres para prevenir más muertes? |
¿Es disuasiva?
Ante el alto índice de criminalidad en el mundo, surge
esta pregunta que es la ideal para una prevista ampliación de la pena capital.
Para el abogado penalista Luis Lamas Puccio, la pena
capital no es una medida disuasiva o
intimidante, porque la motivación de
quien delinque es más fuerte que su capacidad de raciocinio.
“Para que sea disuasiva, el individuo debe hacer un
análisis previo certificando sus pro y sus contras, y actúa con premeditación, pero en la mayoría de casos
esto no sucede”, aseguró el abogado.
Por otra parte, Victor De la Roca, líder del movimiento
“Los jóvenes por Lima” del Partido Aprista Peruano, asegura que sí es disuasiva
porque el futuro agresor tomará como referencia la medida ejecutada
anteriormente, y él mismo se autocensurará.
Así también, Lourdes Alcorta, congresista de la
República, dijo que “independientemente
de que sea o no disuasiva, la mayoría de los peruanos pide la máxima sanción
para los delincuentes”.
Entonces, ¿es realmente efectiva? Según Amnistía Internacional, movimiento mundial que
vela por el cumplimiento de los Derechos Humanos, no es disuasoria, porque no ayuda a evitar
más delitos. En Estados Unidos, donde aún se aplica la pena de muerte con
cierta frecuencia en algunos estados, hay muchísimos más asesinatos que en
Europa, donde tal pena ya no existe, a excepción de Bielorrusia.
Finalmente, “el miedo a
la muerte no es un elemento disuasivo tampoco a nivel psicológico. Los hampones
más avezados son psicópatas clínicos, personas que han perdido todo el respeto por
la vida, no solo de los demás, sino de sí mismo”, sentenció el abogado Luis Lamas.
Entonces, si no es disuasiva ¿Qué se puede hacer?
En primer lugar
se debe reforzar la llamada seguridad ciudadana, y hacer que las autoridades sean respetadas, empezando
por la policía. Luego, se debe
hacer una reforma en el sistema judicial. Endurecer las penas y hacerlas más
efectivas.
“El objetivo del sistema penitenciario es
reformar al criminal para su eventual reinserción a la sociedad, y si este
último se vuelve a desviar con delitos graves, se debe aplicar la cadena
perpetua”, comentó Lamas Puccio.
Para la Dra.
Carmen Gonzáles, “es necesario trabajar
con los niños si se quiere evitar la delincuencia, ya que el criminal se
desarrolla desde los 12 años, sabiendo que puede morir, pero lo asume como un
desafío.”
¿Es viable la pena de
muerte en el Perú?
¿Se imagina cómo sería el Perú sí se aplicara la pena de
muerte a los violadores y delincuentes? Vuelva a pisar tierra, porque dicha
pena no es viable en nuestro sistema jurídico y legal.
En el Perú sí existe la pena de muerte efectiva. En el
articulo Nº144 de nuestro Constitución
Política vigente, se subraya que sí se puede aplicar la pena capital, pero sólo
en caso de traición a la patria en tiempo de guerra”.
Asimismo, nuestro país está ligado a muchos acuerdos
internacionales, entre ellos, el Pacto de San José, donde se acordó que los
países firmantes ya no podían ampliar la pena de muerte a delitos no
contemplados antes de dicho pacto.
Con este argumento, queda demostrado que si en el Perú se
amplia la pena de muerte, rompería sus lazos con la familia sudamericana.
Para finalizar, en una sociedad como la nuestra, donde cada
amanecer se suma más asesinatos a esa alta tan alta que no nos enorgullece, ver
al Estado como el verdugo, nos orientará a hacer lo mismo como ajustamiento. Sí
es que aún no se hace. Ya está demostrado en Ushanam Jampi, cuento indigenista
de López Albújar, que “la justicia por nuestras propias manos” es severa y mucho más cruel, degradando
nuestra condición humana cada día más.
Por lo pronto, el Estado debe ejercer una gran reforma
judicial para garantizar un cambio necesario y aplicar un plan de desarrollo,
ya aprobado y presupuestado, para que se
eviten más muertes y se deje de lado el
“ojo por ojo”.
En 1957 se ejecutó al mal llamado "Monstruo de Armendaríz". Cuando todo estuvo consumado, se descubrió que era inocente. ¿Dejaremos que esto vuelva suceder? |
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