Bajo el Umbral

Así como el mínimo destello de luz en la oscuridad cruza el umbral de la percepción y estimula al ojo humano para su registro, en el periodismo, sólo es necesaria una pizca de información para investigar lo que aún está oculto, lo que está “Bajo el Umbral”.

viernes, 13 de junio de 2014

Pasión, lucha y orgullo



Pasión, lucha y orgullo
 

Por: Samuel Dodero. 
En el Perú el gusto y la pasión por el fútbol han sido uno de los principales atractivos para el hombre con el objetivo de apoyar a su equipo de preferencia agrupando a un número de personas, “los hinchas”, sin embargo con el pasar de los años esta afición se ha convertido en un fanatismo creando así lo que actualmente se conoce como barras bravas.

Con la aparición de estos grupos encontramos a su vez la implementación de nuevos rasgos en la sociedad característicos de esta cultura como lo son: nacionalismo, xenofobia, exaltación de la fuerza física, virilidad agresiva, sentido del honor asociado con la capacidad de pelear y la demostración del más fuerte.

Por otra parte hay que mencionar a la persona perteneciente a esta cultura para así mostrar los rasgos propios de cada integrante de la barras definiendo lo que es un barrista y dando así características propias de su barra. Este proceso consiste en una clase de apropiación que quiere imitar a los argentinos en cuanto a su costumbre en este campo.
Ser hincha de un equipo es parte de la vida del fanático. Vivir toda la semana pensando en el duelo que viene el próximo fin de semana o el partido del domingo pasado. Todo sentimiento que rodea a un hincha es con su equipo.

Pero ser de equipo chico tiene un agregado bastante especial para el fanático del fútbol. Alentar al equipo en las buenas y sobretodo en las malas es un sentimiento que muchas veces es envidiable. Ser de equipo grande es más fácil. Tener una hinchada grande, decir que tienes un sinnúmero de trofeos, que tu equipo hace noticia todos los días, que tus ídolos si te respetan y valoran a tu hinchada. Todo esto son características de un hincha de equipo grande, pero ¿Qué pasa con los hinchas de equipos chicos? No tiene una gran hinchada, su equipo tiene prácticamente una nula cobertura en la prensa, nunca ha salido campeón, tus ídolos no se identifican con la camiseta y siempre están pensando en partir a un grande.

SER HINCHA DE UN EQUIPO GRANDE

El hincha de equipo grande vive siempre de resultados. Si el equipo anda mal, inmediatamente bajan las críticas y encuentran culpable al técnico o a los jugadores y lo critican incansablemente. Su pasión no se traslada constantemente a los estadios y solo asisten cuando se está por salir campeón o en partidos clásicos. Pueden saber mucho de su equipo, pueden sufrir y vivir pendiente del plantel, pero por lo general no van a los estadios, o si no tendríamos un estadio Monumental lleno cada partido.

SER HINCHA DE UN EQUIPO CHICO

No viven de resultados ni tampoco de buenas campañas. Sus momentos gloriosos con el equipo son contados con los dedos de la mano. Yo encuentro que el hincha de equipo chico es el verdadero hincha de nuestro fútbol. Vive, sufre y hace de su club parte de su vida. Pueden jugar contra Alianza Lima, Cristal o la U y saben que lo más probable es que van a perder, pero ¿por qué van? porque ellos, como lo dije anteriormente, no viven de resultados, sino que van por el amor de su equipo. Viajan miles de kilómetros por su equipo, a veces es uno el único hincha de su equipo en todo el estadio, todos se ríen de él, pero ¿qué importa? si todo esto es por tu equipo.

Todo sacrificio vale la pena porque lo hiciste pensando siempre en la camiseta que más amas. Puede estar peleando el descenso, pero el hincha está ahí siempre, con lluvia, con lo que sea y el resultado que venga, siempre estará alentando a su equipo. Por eso digo que el hincha de equipo chico es el verdadero hincha, porque no lo alienta por que ha ganado varios títulos, no lo alienta porque tiene una gran hinchada, no lo alienta porque se deja llevar por las grandes masas, sino que lo alienta porque ama a su equipo, que quizás puede tener más aspectos negativos que positivos, pero ahí está la diferencia, alentar a un equipo que tiene más resultados negativos que positivos es querer a su equipo de verdad.


Julio César Palomino, “el chino”, es uno de los que preferiría tener una cita con el equipo de sus amores que con su novia. “No hay palabras para describir cómo me siento al ser un hincha de Alianza Lima, solo hay formas de demostrarlo y es alentando a mi equipo en las buenas y en las malas”, así califica Julio su fanatismo.


Recuerda su primera experiencia en el “Comando Svr”, tenía tan solo 12 años. Fue en ese momento donde se dio cuenta de que nació para alentar, desde la tribuna sur del estadio Alejandro Villanueva, popularmente conocido como “Matute”.
“Me consideraron miembro de comando svr a los 15 años, ya todos me conocían y sabían que era de verdad un hincha. Ahora tengo 19 y Matute ya no es mi segundo hogar, sino, el primero”, menciona Julio.
“La hinchada me dio más que amigos una familia donde todos tenemos la piel de azul y blanco y me siento correspondido con este club porque me ha dado muchas alegrías con títulos y triunfos, no hay mejor cosa que ir a alentar a mi equipo y ver cómo los 11 jugadores se sacan la mierda por sacar adelante a toda la familia grone (negros)”.

Es una suerte de binomio que difícilmente se separa, las barras manejan un código que no entra en medias tintas, la dignidad del barrio y de la camiseta se defienden hasta morir o matar. Pero esta no es una típica historia de violencia, aquí no diremos que los barristas son unas lacras que nunca van a cambiar, les contaremos cómo los barristas más rebeldes van más allá de la pasión por el futbol.







Su sobrenombre evoca a un emblema de la historia “crema”, a sus cortos 13 años conoció la calle y hoy, a unos meses de cumplir los 18 ha decidido cambiar la vida de barrista por su otra pasión, la música.
Para “Lolo” la música es algo muy especial que lo sacó de aquella mala vida  y de los problemas, le enseñó cosas hermosas, el hip hop, que muchos no valoran le ayuda a sentirse liberado.
Tiraba piedras y pasaba el tiempo fumando, hoy gracias a la Asociación de Jóvenes en Riesgo ha decidido encaminarse, ha vuelto a la escuela y con 13 canciones escritas se cree capaz de cumplir su más grande sueño. Pero siente que en este país hacen falta las oportunidades de trabajo y que aquí no valoran el talento, para él eso es lo más importante.
Su sueño es ser conocido por la música que hace para poder sacar adelante a su familia, en primer lugar a su madre que sufre de una enfermedad hace 3 años y en segundo lugar a sus 2 hermanos menores que están por acabar la primaria.
A su manera estos chicos como “Lolo” están entendiendo que pueden cambiar, que pueden ser útiles y que la barra no es lo único en la vida sino, que la vida misma es lo que realmente vale.




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